Hola a todos desde Dhenung.
El comienzo del proyecto para ampliar con cuatro nuevas aulas la escuela de Khamdenu ha resultado sorprendente en muchos aspectos. Como ya conté, el compromiso con el mismo por parte de la comunidad es impresionante. Sin embargo, la organización inicial no era exactamente como esperaba.
Por parte de la comunidad existe un comité que gestiona la construcción de las nuevas aulas. Éste se encarga de aprobar los acuerdos con Namlo Europa en nombre de la comunidad, recolectar los fondos para mantenimiento del edificio, solicitar los permisos a las autoridades, etc.
Durante el último trimestre del año pasado, y gracias a los fondos que les donó el gobierno de Nepal, comenzaron la construcción de las dos primeras aulas. Sin duda ha sido una gran ayuda para Namlo Europa, ya que, sin esta contribución el proyecto no podría realizarse en el mismo plazo y presupuesto. No obstante también ha supuesto algún que otro quebradero de cabeza.
El primer inconveniente era que el patio de la escuela parecía un campo de minas y había material de construcción por todas partes.
Viendo la habilidad con la que jugaban con unas pelotas echas con gomas elásticas sobre los hierros de la obra, parecía que a los niños de la escuela esto les importaba menos que a mí.
Por otra parte, el problema más importante han sido los presupuestos. En principio no se ajustaban a lo inicialmente planificado y todos los materiales parecía que iban a ser mucho más caros. Honestamente esto no es algo que haya llevado demasiado bien. Sin embargo, en el comité de construcción han entendido la importancia de poder terminar este proyecto a tiempo con el pequeño presupuesto del que disponemos, consiguiendo, finalmente, que los proveedores hagan un esfuerzo para que no se desperdicie ni una sola rupia (la Rupia Nepalí es la moneda oficial de Nepal). Ahora mismo el problema ha cambiado radicalmente, ponen tanta dedicación y empeño con estos temas que no me dejan ni redondear los decimales de una cifra.
Una de las labores fundamentales del comité es organizar los turnos de trabajo de los voluntarios de la comunidad. Cada día, en función de las necesidades de los obreros profesionales, hay un grupo de voluntarios que ayuda con su trabajo a la construcción de la escuela. ¡Y como trabajan! Es impresionante ver como las mujeres son capaces de cargar, durante todo el día, más de veinte litros de agua arriba y abajo desde los manantiales cercanos. O como los ancianos se implican igualmente y pasan el día entero ayudando a cargar bloques de hormigón. Todos en la comunidad intentan ayudar y se nota.
Uno de estos días, y dado que había terminado con lo que tenía que hacer, me decidí a ayudar a las mujeres que estaban subiendo los bloques a la planta superior para la construcción de los muros y paredes. Comencé haciéndome el valiente y cogiendo los bloques de dos en dos, duré diez minutos. Continué de uno en uno pero a buen ritmo, duré media hora. Continué como puede y media hora más tarde habíamos acabado. Yo estaba hecho polvo, pero las voluntarias llevaban todo el día haciendo esto y estaban de lo más sonrientes. Sin duda alguna esta gente es de otra pasta.
Una vez superados los problemas iniciales, la obra progresa día a día y, sabiendo la colaboración tan importante que está llegando a Namlo Europa, no me queda duda que conseguiremos terminar las cuatro nuevas aulas en un tiempo récord.
Guillermo de la Figuera Morales
gdelafiguera@hotmail.com
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